W: Un ecosistema vivo en constante transformación
El proyecto W es mucho más que un edificio; es un ecosistema vivo que se adapta y evoluciona al ritmo del tiempo, las estaciones y el clima.
















































Diseñado para establecer una conexión profunda con el entorno natural, W sigue la topografía, respeta la vegetación existente y aprovecha la luz natural, creando un diálogo continuo entre la arquitectura y el paisaje.
Organizado en cuatro niveles ascendentes desde la calle hasta el bosque, el diseño establece jerarquías espaciales según la privacidad y el uso. En el nivel superior se encuentran las estancias nocturnas, todas conectadas mediante una terraza perimetral continua orientada al sur, que permite vistas despejadas sobre la vegetación circundante.
Además, un jardín posterior enlaza directamente con el bosque, integrando la naturaleza como parte del espacio habitable. Las sombras, los reflejos y las entradas de luz natural cambian con las horas y las estaciones, infundiendo al proyecto una atmósfera sensorial en constante evolución.
El corazón del proyecto radica en la sala de estar, conectada visualmente con la planta superior a través de un doble espacio que otorga amplitud y dinamismo. Una chimenea de travertino divide esta zona de una lámina de agua multifuncional, que puede transformarse en piscina o en un espacio para eventos. Este elemento acuático actúa como un puente entre el interior y el exterior, jugando con reflejos de luz y sombras que varían a lo largo del día.
Las circulaciones verticales, articuladas mediante una escalera que cambia de material y diseño a medida que conecta los niveles, refuerzan la fluidez espacial y el vínculo entre las distintas áreas. Este elemento no solo conecta los nespacios, sino que los llena de vida con un juego constante de luz y sombra, que acompaña el movimiento por el interior de la villa.
En los niveles inferiores se encuentran los espacios semipúblicos, diseñados para el disfrute y la versatilidad: una zona de invitados, un cine, un garaje interactivo, un espacio polivalente y un jardín vertical. El acceso a la villa, creado a partir de la excavación del terreno, incorpora una roca pizarrosa original que se integra como un elemento escultórico en el interior. Este muro de roca, visible desde el corazón de la villa, cambia con el tiempo debido a procesos minerales naturales, simbolizando la relación viva entre la arquitectura y la montaña.
W es un reflejo de su entorno: un ecosistema vivo que transforma la experiencia cotidiana en una conexión sensorial y emocional con la naturaleza. Los materiales locales, como la piedra autóctona y la vegetación repoblada, refuerzan esta unión orgánica, convirtiendo el proyecto en una obra escultórica en constante evolución, donde arquitectura y paisaje se entrelazan para crear un espacio único.